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TRATAMIENTOS

Periimplantitis

La periimplantitis es una patología que afecta a los implantes de modo similar al que la periodontitis afecta a los dientes naturales. Ambas son enfermedades de los tejidos adyacentes a los dientes e implantes y presentan con una sintomatología y un tratamiento similar. Sin embargo, la periimplantitis cuenta con ciertas peculiaridades que la diferencian de la periodontitis. Entre ellas, la periimplantitis avanza de forma más agresiva, provocando mayor destrucción de hueso en un menor tiempo. Del mismo modo, su tratamiento frecuentemente resulta más complejo que el de la periodontitis y los implantes suelen tener un peor pronóstico a largo plazo.

 

Periimplantitis

Inflamación de las encías

Las enfermedades periimplantarias son dos, mucositis y periimplantitis. La mucositis es una lesión inflamatoria de los tejidos blandos (encía) que rodean a un implante sin que se produzca perdida de hueso. A diferencia de la mucositis, la periimplantitis representa una condición patológica asociada a placa bacteriana caracterizada por inflamación de la encía y pérdida progresiva de soporte óseo (hueso). Si la periimplantitis avanza, esta enfermedad suele comprometer la longevidad y el pronóstico de los implantes, llegando incluso a causar la perdida de estos.

Las enfermedades periimplantarias llegan a ocurrir hasta en un 50% de los pacientes portadores de implantes. Por este motivo, la revisión dental es muy importante ya buscamos señales de esta enfermedad. Un diagnóstico temprano nos llevará a un tratamiento más eficaz reduciendo notablemente las posibles secuelas de esta enfermedad.

Periimplantitis

Los síntomas más comunes de la periimplantitis son similares a los que encontramos con las enfermedades periodontales. La periimplantitis también puede progresar sin sintomatología ni dolor, especialmente durante las fases iniciales.

Síntomas más comunes de las enfermedades periimplantaria:

  1. Inflamación de las encías.
  2. Coloración más rojiza de las encías.
  3. Encías mal adheridas a los implantes con un aspecto abultado y blando.
  4. Sangrado espontaneo, al cepillarse o con el hilo dental.
  5. Mal aliento.
  6. Apariencia de abscesos entre la encía y el diente, pus o flemones.

El tratamiento de la periimplantitis varía dependiendo de diferentes factores entre los que destacan la severidad de la destrucción ósea y las características de la encía adyacente. De forma similar al tratamiento periodontal, un tratamiento periimplantar básico consiste desde la implementación de técnicas de higiene adecuadas para el control de la placa bacteriana, hasta la eliminación de los factores relacionados con la enfermedad (placa, bolsas, etc.). La descontaminación y desinfección de la superficie del implante es fundamental para el éxito del tratamiento. Por ello, este proceso en ocasiones requiere de cirugía para poder limpiar de forma eficaz y exhaustiva la superficie del implante y tratar la parte del hueso que haya resultado afectada.

PREGUNTAS FRECUENTES:

La periimplantitis se puede prevenir con medios y técnicas similares a las utilizadas para la prevención de enfermedades periodontales. Una buena higiene oral y un riguroso programa de seguimiento y mantenimiento son las bases fundamentales para una prevención efectiva.

La frecuencia recomendada para higienes varía dependiendo del perfil de riesgo de cada paciente, así como de otros factores relacionados con la facilidad o susceptibilidad para sufrir periimplantitis. El mínimo recomendable es de 1 a 2 visitas de mantenimiento al año. Sin embargo, pacientes de alto riesgo pueden llegar a necesitar higienes cada 3 meses. 

La longevidad de los implantes dentales está directamente relacionada con su cuidado y mantenimiento, especialmente durante y después de haber sufrido enfermedades periimplantarias. Los implantes dentales necesitan de unos cuidados similares o incluso superiores a los dientes naturales. Es necesario una buena higiene oral diaria y un mantenimiento periódico. Del mismo modo, las revisiones son necesarias para realizar radiografías y un control clínico. Las visitas de higiene o mantenimiento son también primordiales y se recomiendan con una frecuencia mínima de 6 meses.

Las enfermedades periimplantarias, y particularmente la mucositis, no generan frecuentemente molestias ni dolor. Del mismo modo, es común que la periimplantitis pase desapercibida hasta llegar a un estadio más avanzado donde molestias y sintomatología pueden aparecer.